Todas mis emociones se encuentran en un grito ahogado, todas mis esperanzas en una decepción. Lágrimas escondidas recorren mi cara. Quisiera contarte por qué, quisiera decirte el cómo. Pero no puedo, unas manos invisibles me asfixian la garganta para no mostrar mis sentimientos en palabras, incluso me provoca el llanto para ridiculizar mi intento de sinceridad.
Así que aquí estoy intentando escribir algo que no podría decirle a la cara. Me estoy volviendo paranoica, podría decirse loca. Poco a poco el mundo deja de comprenderme y yo a él, y gracias a ello y mi paranoia, voy creando un muro, mi muro infranqueable e intransferible, duro como el acero, suave como una pluma e insensible como una piedra. Nada ni nadie podrá entrar o salir de él, nadie lo mira, nadie lo observa...
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